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CONCHA ROBLES PÉREZ

Almería en 1887- Almería 1922. Actriz de Teatro. Victima de asesinato machista.


Concha Robles


Concha Robles. Calle Älmedina donde nació

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SELECCIÓN DE PRENSA DE LA ÉPOCA. Por BMA

Violencia de género (III): Concha Robles Pérez. Antonio Sevillano. El más serio y completo artículo sobre el tema que hemos encontrado (opinión de BMA)

EL TEATRO CERVANTES Y CONCHA ROBLES. Maribel García Sánchez

Muerte de un asesino Por Manu Artero.

SELECCIÓN DE PRENSA DE LA ÉPOCA

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Violencia de género (III): Concha Robles Pérez

Tomado de http://www.elalmeria.es/article/almeria/1210432/violencia/genero/iii/concha/robles/perez.html Visto el 01/07/2015

En el teatro Cervantes, inaugurado el año anterior, la trágica muerte de la actriz Concha Robles a manos de su marido -comandante de Caballería- conmocionó a Almería la noche del 21 de enero de 1922

Antonio Sevillano / / Historiador | Actualizado 17.03.2012 - 01:00

HAY quienes se dedican impunemente a propalar cuentos chinos en forma de leyendas y relatos asustaviejas. Historietas en las que cualquier parecido con la realidad se asemeja lo que un huevo a una castaña. Como si en tiempos pretéritos no hubiésemos padecido a bastantes embaucadores expertos en ocultismo y adivinación, sucesos paranormales, duendes y ruidos extraños, espectros del más allá aparecidos a los de más acá e inclasificables gilipolleces varias, ahora sufrimos a otros especímenes más cercanos al friquismo pesetero que a la investigación seria y reglada. Con libelos al parecer de fácil venta. Y es que como sentenciaba el Guerra (el político no, el torero): hay gente pa tó. El problema surge cuando se involucra a determinadas personas ya fallecidas; exponiéndose, es una posibilidad, a un serio digusto por tergiversar hechos, fechas y ofender la memoria de esos difuntos.

Cuento todo esto porque, además, me duele que la calidad humana y artística de la actriz dramática Conchita Robles Pérez, querida y admirada en la ciudad, pase a la intrahistoria local como el fantasma que se enseñorea ¿por qué, para qué? del teatro Cervantes. Me indigna que un tan premeditado como alevoso crimen machista se reduzca a supercherías sobre apariciones incorpóreas. Para fantasma se basta y sobra el friqui melifluo y egocéntrico. En el polo opuesto se encuentran cuatro estudiantes del IES "Bahía de Almería" (Ainhoa Collar, Beatríz Plaza, Miguel Revueltas, Rita María Rodríguez) que tras un brillante trabajo interdisciplinar lograron una meritoria mención en el XV Premio de Investigación Educativa San Viator, recogida de manos del anterior ministro de Educación y Ciencia, Ángel Gabilondo. En este memorándum -inédito y bien documentado- se testimonian los valores de una mujer decidida, víctima de la maldad de un marido demente, y la relación de aquella respecto a la actual violencia de género (al grupo de jóvenes le debo las ilustraciones que mañana publicaré). Un crimen que sin ser el primero en nuestra capital, ni muchísimo menos, sí fue el que originó mayor escándalo y difusión nacional.

De la Almedina al Cervantes

María Concepción del Pilar, Fe, Juana Robles Pérez nació el 7 de octubre de 1887 en la populosa calle Real de la Almedina (domicilio de su tío José, concertista de guitarra). Desde enero de 2010 una modesta placa la recuerda en la fachada del nº 14, dedicada por el Ayuntamiento a solicitud de la AA.VV. Casco Histórico. Su niñez y adolescencia discurrió en la cercana vivienda familiar de c/. Clarín, hasta que se trasladaron a Madrid. Hija de Pura Pérez Vela (perteneciente a una burguesa saga de políticos y abogados) y de Juan Robles Yáñez, guitarrista (alumno distinguido de D. Julián Arcas), quien en documentos oficiales figura indistintamente como "artista" y "empleado" (tramoyista del Teatro-circo Variedades, en el Paseo). Concha era nieta paterna de un fundador (1852) de la Banda de Música de Almería y a sus 35 años no cumplidos estaba considerada una de las más sólidas actrices de la escena española y primera figura de la Compañía Tudela y Monteagudo. Con ella regresó a Almería para interpretar el abono en que se incluían obras dramáticas y comedias como El marqués de Chin-Lung (con esta debutaron el día 14), Las Flores, La verdad de las mentiras, Santa Isabel de Ceres, El gran Galeote y La huelga de los herreros.

De intachable moralidad, enérgica, de ideas progresistas y amiga de Carmen de Burgos "Colombine" (su hija María Álvarez, también actriz, remitió desde Madrid un solidario telegrama de condolencia). Poseedora de una suave belleza y exquisita voz, capaz de cantar cuplés a la altura -aquí exageraban- de Pastora Imperio, se había casado el 26 de julio de 1916, en Madrid, con Carlos Berdugo (con "b") Boti, comandante de Caballería. Viudo, con dos hijas de sus primeras nupcias y doce años mayor que nuestra paisana. Violento, celoso y posesivo, su relación marital resultó tormentosa y en ella sobraron vejaciones y, según la infortunada, lesiones físicas. El militar logró que Conchita abandonara su profesión, aunque transcurridos un tiempo reanudó la brillante carrera interrumpida (creyendo que a él le haría ilusión, le remitía las críticas favorables de allí donde actuaba). El regreso a las tablas nunca se le perdonó el iracundo esposo; y en estas circunstancias, separados de hecho -el mes anterior al crimen el juez que entendía la causa había fallado a favor de ella la solicitud de divorcio-, consumó la venganza precisamente en Almería.

Primer y único acto

Con inusitada expectación y el aforo vendido, el teatro Cervantes abrió sus puertas para continuar con el abono en cartel. En el primer acto de Santa Isabel de Ceres ("tragedia popular en cinco actos, original de Alfonso Vidal y Planas", a la que volveremos mañana), Concha hace un mutis. Cuando se dispone a regresar a las candilejas, desde su camerino observa horrorizada la presencia del ya prácticamente exmarido portando una pistola (había entrado fingiendo ser empresario teatral). Creyéndose así a salvo, se coloca detrás de un chaval de 16 años, Manuel Aguilar Ruescas, aprendiz de la imprenta de Celedonio Peláez, repartidor de la cartelería (aunque en el consejo de Guerra se afirma que es tramoyista). Suenan varios disparos y los espectadores irrumpen en una cerrada ovación, convencidos que se trataba de unos bien logrados efectos especiales, propios de la trama argumental. Sin llegar a comprender del todo la magnitud del suceso, muestran su desconcierto cuando el joven, asomándose al patio de butacas grita que los tiros son de verdad, que le han disparado a quemarropa. Ante el revuelo general aparece Conchita moribunda, mientras otra actriz, esta ilesa, se lanza sobre el foso de la orquesta dirigida por el músico almeriense José Sánchez de la Higuera. Cae el telón. El director teatral, Alfonso Tudela, al borde del escenario, confirma la cruda realidad. La recuestan sobre un sofá, donde agoniza a pesar de los esfuerzos de varios médicos presentes (Godoy Ramírez, Gómez Campana, Pelegrín Rodríguez, padre e hijo) quienes le atienden apresuradamente de unas heridas mortales en el tórax y cuello. Al chiquillo lo trasladan a la Casa de Socorro de la calle Murcia y seguidamente, ante la gravedad de su estado, al Hospital Provincial, donde fallecería al despuntar el alba. Aún se escucharía otra detonación en el coliseo: Berdugo Boti se intentó suicidar disparándose con la browing en la sien derecha. Una herida de la que asombrosamente no finiquitó, aunque al día siguiente los doctores Arráez y Gómez tuvieron que extirparle un ojo. Esto por la mañana, y por la tarde el entierro de los dos desdichados. El juez que la misma noche de autos se hizo cargo del caso, autorizó (antes de la preceptiva auptosia) que a ella la velaran en la en casa de sus primas Matilde y Anita García Pérez (calle El Pueblo, antes Cosario) y a Manuel Aguilar Ruescas en el Hospital Provincial. Del entierro y otros "flecos" del doble crimen me ocuparé igualmente mañana.



EL TEATRO CERVANTES Y CONCHA ROBLES

Por Maribel García Sánchez
Tomado de http://almeracultural.blogspot.com.es/2011/03/el-teatro-cervantes-y-concha-robles-en.html. Visto el 1 de Agosto de 2015. Publicado en el sitio del que lo hemos tomado en Marzo de 2011.
En la vida cultural almeriense hay que tener en cuenta el papel que desempeñaron los teatros de la ciudad. El progresivo desarrollo de la burguesía almeriense fomentó la construcción de estos edificios orientados al ocio, como es el caso de los teatros En la Almería del siglo XIX y principios del XX existía un núcleo importante de dicha clase social muy amantes del género dramático, de la ópera y la zarzuela. Casi todos estos teatros se situaban en el Paseo del Príncipe (actual Paseo) o en sus aledaños. De todos ellos destacar sin duda la soberbia construcción del Teatro Cervantes y relatar la historia trágica que allí se desarrolló al año de inaugurarse muriendo en plena escena la actriz almeriense Concha Robles, conocida como “Conchita Robles”.
El Teatro
La idea de crear y construir el Teatro Cervantes fue patrocinada en 1862 por un notable grupo de personalidades de ámbitos muy diversos. En 1864 se adquirieron los terrenos y en 1866 se contrató la apertura de los cimientos. Los planos se firmaron en el 1898 por Enrique López Rull, retrasándose el comienzo de las obras hasta 1910, siendo inaugurado el Teatro más importante de Almería en 1921. La tipología del teatro sigue el diseño de los Teatros Italianos, con el patio de butacas en forma de herradura para facilitar la visibilidad y la acústica y consiguiendo un espacio acogedor. Los palcos, con forma de balcones palaciegos, en su momento fueron propiedad de las familias de los accionistas, pasando de padres a hijos. El acceso al teatro Cervantes se hacía originariamente por la fachada del Paseo, que se ordena en tres pisos con motivos decorativos alusivos a su función: máscaras, liras, destacando el relieve del balcón principal: Miguel de Cervantes. Los brazos de las lámparas que simulan girasoles y la barandilla le dan un gusto modernista. En 1920 parte del inmueble fue adquirido por la Sede de la Sociedad del Circulo Mercantil e Industrial de Almería, actual propietaria del Teatro. Destaca su salón noble.
Concha Robles y la tragedia del Cervantes
En 1921 se inaugura el Teatro y en enero de 1922 se inauguraba en el mejor teatro de nuestra ciudad la obra “Santa Isabel de Ceres” que versaba sobre “Mujeres de vida alegre”. La protagonista era Concha Robles una hermosa mujer que había nacido en Almería en 1887 en la calle de la Almedina, hoy todavía está su casa en el nº 12 con una placa recordándola que se colocó en homenaje a ella recientemente. En su infancia marchó con sus padres a Madrid y allí fue donde le empezó a enganchar el “gusanillo del teatro”, ingreso en la famosa compañía María Guerrero, que se marchó a hacer las Américas. Ella no se fue por imposición de sus padres. Ingresó en otra compañía y estuvo de gira por toda España y el destino le llevó hasta Granada, donde conocería al Comandante Verdugo (**) un comandante de caballería muy estricto y celoso que le llevaba muchos años, se enamoró de él y al poco tiempo se casó, retirándola de los escenarios. Al principio bien, pero poco a poco los celos lo iban matando y haciendo la vida imposible a Concha, hasta llegar al extremo de no poder salir sola a la calle ni ir con él a tomar un café porque como era tan bella si alguien la miraba más de la cuenta montaba un espectáculo. Las escenas de celos cada día se repetían con más frecuencia hasta que ella ya estalló porque no podía vivir toda la vida así y finalmente se separaron y ella empezó una nueva vida, una vida donde entraba retomar su eterna pasión: el teatro. Fue afortunada cuando le dijeron que estrenaría la obra “Santa Isabel de Ceres” en su tierra “Almería” y en el recién estrenado Teatro Cervantes, pero que poco sabía ella sobre la tragedia que se le avecinaba.
Llegó el día del estreno el 23 de enero de 1922 (*) y toda Almería estaba impactante por ver el estreno de la obra aunque también había detractores por el argumento teatral. Ese día parece que vieron al Comandante Verdugo que se desplazó desde Granada alrededor del Café Colón bebiendo, no podía soportar que Concha Robles representase esa obra tan impura para él, hombre conservador y estricto y los celos lo mataban. También se repartieron folletos sobre la trama de la obra y en ella se incluía disparos. Parecía interesante.
Esa noche llegó y el teatro a rebosar esperaba la salida en escena de Concha Robles, una actriz de Almería. Empezó la representación de la obra y su marido Carlos Verdugo entró después aludiendo que era un productor teatral que quería hablar con Concha Robles, el portero lo dejó entrar pero el no se fue al patio de butacas, se escondió entre bambalinas. Y cuando se iba a representar la última escena y en un descanso de la obra, Concha Robles, en su camerino se preparaba para finalizar su gran obra. Cuando salió del Camerino y se disponía a dirigirse al escenario, se encontró con su ex marido, estupefacta lo único que le quedaba era arroparse detrás del joven de 16 años Manuel Aguilar que había sido el que había repartido los folletos y se encontraba entre bambalinas. Ella no pensaba que la crueldad de Verdugo llegaría hasta el punto de disparar a Manuel que cayó al suelo. Ella corrió hacía el escenario y el marido le disparó dos veces cayendo fulminante en el suelo del escenario muriendo al instante. Como en la obra había disparos, la gente empezó a aplaudir y Manuel Aguilar como pudo ensangrentado y herido de muerte dijo: ¡no aplaudan, no aplaudan! han asesinado a Concha Robles y cayó también al suelo. Carlos Verdugo se dio un disparo en la sien pero finalmente no murió. Las personas que estaban presenciando la obra en las primeras filas, salieron despavoridas y al momento llegó la policía y se llevaron al joven Manuel al Hospital Provincial. Allí murió al día siguiente. El funeral fue multitudinario, y pusieron los dos féretros en el Teatro Cervantes para dar su último adiós a un joven que comenzaba una vida y a una gran actriz de nuestra Almería.
En esta historia real de Concha Robles hay un misterio que rodea al teatro sobre la actriz, que incluso fue investigado por el programa “Cuarto Milenio”, con la ayuda de un investigador especializado en estos temas de enigmas y leyendas: Alberto Cerezuela. Se dice que los operarios del teatro y el portero cuando el teatro está vacío, escuchan ruidos de puertas e incluso la sombra con figura de mujer. Dicen que puede ser que sea Concha Robles que continua en el teatro su gran pasión y en su tierra y no sale de él porque no ha concluido su última escena.
Y como en todas las ciudades hay misterios y leyendas, este relato ocurrió y lo del espíritu de Concha Robles, leyendas son, eso cada uno puede dar rienda suelta a su imaginación, se han grabado sombras por la noche donde se observa un rostro deformado de mujer. No soy yo quien para juzgar un enigma sobre una historia que ocurrió realmente, ni para poner en duda la labor de especialistas en este tema, pero solo terminaré diciendo que no olvidemos que estas leyendas o misterios, son leyendas urbanas y forman parte de la historia de nuestra ciudad y en este caso de nuestro Gran teatro Cervantes y nuestra actriz almeriense “Conchita Robles”.

Publicado por Maribel García Sánchez

(*) Nota de BMA: En realidad fue el sábado 21 de Enero.

(**) Nota de BMA: La ortografía del apellido según aparece en la prensa de la época es "Berdugo"


Muerte de un asesino

https://www.lavozdealmeria.com/noticia/12/almeria/252059/muerte-de-un-asesino

Manu Artero

09:00 • 13 feb. 2023

El 21 de enero de 2022 se cumplieron 100 años del asesinato de la actriz almeriense, Concha Robles. Durante estos años su nombre fue silenciado y borrado de la historia. Desde el centenario de su muerte somos muchos los que queremos que Concha Robles tenga un Nuevo Renacer. Que nadie olvide su nombre.

Pero, ¿y el nombre del asesino? ¿Debe ser borrado de la historia? La respuesta es clara: No

Carlos Berdugo, hijo de una familia de abolengo. Carlos Berdugo Bote nació con un pan bajo un brazo y con un salvoconducto bajo el otro, por ser hijo de Carlos Berdugo y Tamayo un militar de reconocido prestigio y dilatada carrera nacido en Aranda de Duero (Burgos).  Berdugo y Tamayo fue Subteniente de Infantería en el Regimiento “Borbón”. Condecorado con la Cruz de Caballero de la Orden de Cristo de Portugal y con la Cruz de San Fernando de 1ª clase.

Carlos Berdugo Bote siguió los pasos de su padre, e inicia su carrera militar en 1892. Tras obtener diferentes ascensos, en el año 1900 es destinado al Escuadrón de Escolta Real, unidad encargada de la protección durante los traslados de la familia real. Durante su permanencia en esta unidad llega el momento cumbre de su carrera militar cuando le es otorgada una medalla en reconocimiento por su actuación en el atentado contra el Rey Alfonso XIII y su esposa Doña Victoria en el año 1906, ya que Berdugo mandaba la escolta que en ese momento protegía al Rey. Posteriormente fue ascendido a capitán pasando al regimiento Lusitania nº12. En 1918 es trasladado, con su ascenso a comandante, a la Junta del Censo del Ganado Caballar y Mular de Cuenca.

La otra “carrera” de Carlos Berdugo

El condecorado militar llevaba una vida paralela llena de infracciones, juego, bebida y peleas de las que escapaba airoso gracias a la protección que le proporcionaba su condición militar y aquel apellido “Berdugo” con “b”, ironías semánticas

Su primera mujer fue María Lequerica Polo de Bernabé falleció a la edad de 26 años. Contrajeron matrimonio cuando ella tenía 18 años y él 28 y tuvieron dos hijas. La causa de su muerte no estuvo clara. Berdugo, no estuvo presente el día del funeral. En su círculo más cercano eran conocidas las continuas peleas y el maltrato al que sometía a su primera esposa.

Otra de sus amantes falleció en Lisboa durante su actuación como “mujer voladora” en un circo cuyo propietario era el propio Carlos, que lo adquirió con el único fin de obtener los favores de la chica, menor de edad. Por este suceso, Berdugo y un socio fueron procesados en Portugal. Para evadir la condena prendieron fuego al circo destruyeron todas las pruebas y huyeron a España. Otra de sus amantes murió asesinada. Según la versión de Berdugo, el asesino fue un amante celoso al enterarse que la chica estaba con él. El amante la mató “sembrando de pus blenorrágico el lavabo del tocador, contagiando a la artista, que murió de blenorrágica purulenta”.

El destino de Concha Robles

Concha Robles conoce a Carlos Berdugo, un militar apuesto y atento, que la colma de atenciones y cariño. Enamorados, contraen matrimonio el 26 de julio de 1916 en Madrid. Era el principio del fin.

La felicidad de Concha comienza a tambalearse a los pocos meses de contraer matrimonio cuando Carlos toma el control de la situación y muestra su cara oculta. Mujeriego, celoso, violento, alcohólico, ludópata, embustero y posesivo.

Berdugo la obliga a dejar su carrera artística, la somete a maltrato, vejaciones, insultos y peleas en público, por lo que Concha toma la decisión de separarse. Para Carlos la sola idea de que su mujer le abandonase era insoportable. Además, sufre las burlas de sus compañeros, que cuestionan su “hombría”. Berdugo cancela los contratos de Concha con el fin de arruinarla, la persigue, se presenta allá donde ella esté y usa la violencia para obligarla a volver junto a él. Pero Concha Robles es una mujer fuerte, culta, decidida a no dejarse avasallar, dispuesta a luchar hasta la muerte. Y así fue.

Cuando parecía que lo había logrado, cuando por fin comienza de nuevo su carrera artística, Carlos se desplaza hasta el Teatro Cervantes de Almería al enterarse que ella actuará allí representando la obra “Santa Isabel de Ceres”. Consigue entrar con un nombre falso, y se sienta a contemplar la obra. No soporta ver a su mujer, feliz, triunfante, admirada. Se llena de ira, de celos, y baja hasta uno de los laterales del escenario. Espera escondido hasta que la actriz sale hacia donde el se encuentra y sin pensarlo, dispara al corazón de Concha que cae muerta sobre el escenario ante un público maravillado por el realismo de los disparos y la sangre que brota del pecho de la actriz, pensando que era parte de la obra.

Manuel Aguilar. Una víctima inocente

Manuel Aguilar era un adolescente de 16 años que vivía en la calle Antonio Vico junto a sus abuelos. Para ganarse la vida trabajaba en la imprenta Peláez. El 21 de enero de 1922, se encontraba en el Teatro Cervantes, ya que había ido a llevar unos carteles y se quedó entre bastidores para ver la obra. Cuando Carlos y Concha se encuentran cara a cara en aquel oscuro lateral del escenario, Manuel Aguilar se queda inmóvil entre ambos. Concha, que ve el arma de fuego en la mano de Carlos, coge a Manuel por los hombros para apartarlo, pero no hubo tiempo. Carlos dispara y una de las balas impacta en el cuerpo del adolescente que sale gritando al escenario. Manuel fallece en el Hospital de Santa María Magdalena a las 6 horas del día 22 de enero tras una larga agonía. Con una mano aprieta una cruz sobre su pecho, y con la otra sujeta la mano de su abuela. A dos alturas sobre el nicho de Concha Robles, está enterrado Manuel. En su lápida, una inscripción: “falleció por accidente”.

Injusta justicia

Berdugo fue sometido a Consejo de Guerra, y a punto estuvo de ser declarado inocente, ya que intentó demostrar que “defendía su honor”, aportando pruebas falsas de las infidelidades de Concha. Incluso tenía la promesa de sus amigos de que quedaría libre en el juicio.

El asesinato de Manuel Aguilar, y las declaraciones de los testigos que defendieron y demostraron la honestidad de Concha y la falsedad de las pruebas y declaraciones del asesino, supuso para Carlos Berdugo una condena a cadena perpetua. Para cumplir la condena es enviado a las Islas Chafarinas. Allí vivía a cuerpo de Rey, jactándose de sus fechorías, del maltrato al que sometía a las mujeres y del asesinato de Concha Robles.

Nunca se supo que ocurrió con Berdugo tras la Guerra Civil, hasta hoy.

La última pista sobre su muerte nos la da la solicitud de una pensión de orfandad de una de sus hijas, Carmen Berdugo Lequerica, en el año 1939. La solicitud dice que Berdugo fue “apartado” del ejército. La pensión le fue concedida por un total de 1.625 pesetas anuales que era la cuarta parte del sueldo regulador de 6.500 pesetas también anuales, que fue el mayor disfrutado durante dos años por su padre en su situación activa. Tras conseguir los documentos de esta solicitud, hoy sabemos la fecha de la muerte. Berdugo muere a las 7:30 horas del día 1 de noviembre de 1938. 

¿Cómo murió Berdugo?

La causa de muerte aparece en su partida de defunción: “Insuficiencia cardio-renal. Causa fundamental, bronquitis crónica”.

No muere en Chafarinas, donde estaba condenado a cadena perpetua, ni siquiera muere en una prisión. Berdugo fallece a los 65 años de edad en Alza, Guipúzcoa, en su domicilio “Villa Bidebieta de Herrera”, sin dejar testamento.

Pero antes de morir se llevó consigo directa o indirectamente la vida de aquella chica trapecista menor de edad, la de aquella actriz asesinada por un amante celoso, la de María Lequerica, su primera esposa, la de Concha Robles, su segunda esposa, y la de Manuel Aguilar.

Carlos Berdugo Bote, Que la historia no borre tu nombre.


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